Sabía que tarde o temprano,  aparecería de entre las sombras.

Se equivocó, solo en cierta manera,  ya, que notó su presencia justo detras suyo.....el suave crujido de la seda, el susurro casi inaudible de una respiración ,  y sobre todo, el tenue aroma a azmicle.

Se dió la vuelta. De modo que había venido atravesando el espejo. Interesante.

-No puedo decir que me alegre de verte.

Sus palabras cayeron en el silencio. Un silencio acogedor, polvoriento y preñado de significado. Una forma más,  de obligar a los antiguos compañeros a enfrentarse consigo mismos.
Sharra contemplaba al recién llegado a traves de la semi-oscuridad con todo el detalle que le era posible. Sus ojos terriblemente verdes, absolutamente vivos, escuadriñaban con atención aquella figura, ejemplo de sentimientos duales y enfrentados.

Por su parte Neah, permanecía estático, atrapando cada retazo de luz, acumulándolo en una mirada de tinte violeta, pensando...
En el fondo, el no había querido herir al hechicero,  solo había actuado según su naturaleza.  Le había retenido, humillado muchas veces,  y dañado otras tantas, en todos los sentidos, pero...también  habia ensalzado a su favorito, le habia ofrecido una libertad que si bien le pertenecía por derecho propio, el habría podido negarle, y le habia protegido de la muerte, aunque el mismo, le habia acercado a ella en muchas ocasiones....
El Rey del Sur se habia enamorado.
A la manera en que un demonio puede hacerlo, de una forma cruel, dañina y sádica, había arrebatado la vida de Adoré , el antiguo compañero de Sharra,  y devuelto ala vida a este cuando Xiam, Reina del Este,  se la quitó. Habia tratado de  demostrar que la esclavitud del hechicero era una forma de amor. Pero el nunca lo habia entendido. Nunca había cedido a aquel corazón tan  humano.
Por su parte Sharra le odiaba, le habia odiado desde la última batalla, desde que la espada de Neah había sesgado la vida de su compañero. Desde que el mismo,  se vió obligado a escoger entre la lealtad y la fascinación.
Y escogió la lealtad.
Había sido duro amar a su captor , y olvidar que lo amaba, aun más,  habia sido fatal, besarle en las largas noches que el se dignaba a gozar de su favorito, acariciarle, enredar sus manos en su cabello, besar su piel...y no poder disfrutar de ello.
Era duro vivir entre mentiras.
La libertad le dolía, habia perdido mucho tiempo alli encerrado, hasta que Ine, el fiel ayudante de Neah,  le había liberado,  le había dolido tanto el alma,  que en un momento dado prefirió morir a estar sin Neah...o con Neah.
Pero lo habia hecho, habia cumplido su misión, ayudado a su pueblo y ahora EL volvia a buscarle....

Un tronar lejano en la cálida noche, los sacó a los dos de su ensueño.
En parte mejor, al Rey no le gustaba pensar. Eso era trabajo de humanos. No le gustaba tener que recordar, el pasado no existia....
Ciñó sus ojos sobre el hechicero y una voz mental ordenó

-VEN

Sharra se acercó, sabiendo bien lo que pasaría, al fin y al cabo , Neah era hijo de Belial,  y el un simple hechicero, bueno o no,  solo un hechicero....tenia la cabeza baja y la mirada perdida entre el cabello enmañarañado. Tenía el corazon moribundo.
Por su parte Neah sonreía, no le costó trabajo alguno tomar a su favorito por el mentón y rozar sutilmente sus labios, muy despacio, casi como una caricia, como si no hubiera pasado,  como en los viejos tiempos...
Sharra cerró los ojos, y pasó la mano por el cabello del demonio. Siempre olía bien, siempre le tentaba a probar su piel, a pasar la lengua por su cuello, a probar de cada parte de su cuerpo.
Una vez que el Rey te tocaba, ya no querías nada mas.
Y Neah sonrió una vez más, justo antes de pasar la lengua por los labios del humano, justo antes de  tomarle por la cintura y enredarse en un largo, largo beso,  tras el cual susurró a su oido.

-Nunca supiste ver a través de mi.

Y sin mas le tumbó sobre una polvorienta manta abandonada en aquel desván. Y le amó de la única manera que supo,  agresivamente, sensualmente, sexualmente...
Pasó la noche. El día clareaba ya sobre los amantes, ninguno de los dos dormía,  pero Sharra permanecia con los ojos cerrados,  y el demonio le contemplaba. Jamás habia pronunciado frases de amor. No iba en su naturaleza y podría costarle la vida. Pero lo habia dejado escapar muchas mas veces de las que el huamno,  sabría nunca, le había salvado de cosas que jamás conocería.
En definitiva, el mismo se había puesto en peligro.
El hechicero abrió los ojos. Tampoco nunca habia pronunciado palabras semejantes. Habia optado por la lealtad y engañado a su mente, su corazón no hablaba, así pues no había nada que decir, pero le dolía una parte de si mismo que no existía.
Neah se levantó , se vistió con parsimonia, y se quitó la cadena que llevaba al cuello. Era un medallón dorado que le habia sustraido a Xiam en la batalla. Era de Belial, y una pieza de enorme valor para un Rey, para un humano no significaba nada.
Lo contempló. Sharra vivía porque el vivía, pero el iba a marcharse...delicadamente se lo puso al cuello al hechicero, apartándole el cabello, contemplándole desnudo sobre la manta.

-Aquí esta tu vida, te la devuelvo, si mueres cuando se te agote la vida, irás donde debas,  así como si te matan por heridas,  pero...si te quitás el medallón o si te lo arrebatan...

Hizo una pausa mirando el espejo.

-Vendrás conmigo....para siempre.

El Rey no pudo evitar sentir compasión, pasar la ternidad junto a el sería duro, muy duro, Neah era un demonio de lujuria y ser amado por el significaba sufrir por el, el daba su vida por lo que amaba, pero eso solo empeoraba las cosas.

-Adios Sharra,  mi favorito.

Neah atravesó sin mirar el espejo, hacía el Averno, en busca de misiones nuevas. Ya no podía permanecer mas allí sin arriesgar la vida de ambos, ahora en su nuevo harén no habría favorito.

Nunca más habría un favorito.

Sharra pensó que nunca más sería realmente libre.

Nunca habia querido ver a traves de él.


PD: EXPLICACIÓN DE PORQUE HAY UNA NUEVA REINA EN EL SUR.

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